La historia es así: así muchos años mi clienta consiguió este ropero a un precio muy pero muy barato.
El tema es que no tenía puertas.
Años más tarde consiguió dos puertas que pertenecían a otro ropero, pero nunca había podido colocarlas, además faltaba la parte central, que quedaba libre.
Bueno, eso fue antes de contactarnos a nosotros.
Qué hicimos?
Cortamos una placa y la empapelamos de ambos lados.
Compramos una madera y la convertimos en la puerta faltante, para eso utilizamos motivos similares a los de las otras puertas y con varillas recreamos molduras para integrarla al diseño general del ropero.
Pusimos rueditas al cajón inferior que estaba en muy malas condiciones.
Pintamos todo de blanco.
Pusimos tiradores de vidrio.
Y así quedó, fueron varias horas de trabajo en su departamento pero logramos que todo cuadre perfectamente!
Gracias Silvia por convocarnos!
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